* Artículo publicado en Argos, número 204, diciembre 2018

¿CUÁL ES MI POTENCIAL? ¿HASTA DONDE QUIERO/PUEDO LLEGAR?

Con esta pregunta inicio esta tercera y última entrega sobre las diez claves del éxito para un centro veterinario. Seguro que todos nos lo hemos preguntado alguna vez en la vida… ¿cuál es mi techo?… y seguidamente habremos realizado la siguiente reflexión… ¿realmente quiero luchar por alcanzar este techo, o prefiero encontrar un punto de equilibrio entre los logros profesionales y la calidad de vida personal?

Está claro que todos podemos idealizar una visión, e incluso queramos alcanzarla, pero antes tendremos que analizar los factores influirán a la hora de intentar alcanzar estas metas.

¿SE CON QUIÉN (O JUNTO A QUIEN) QUIERO CAMINAR PARA LLEGAR AL ÉXITO?

Aquí partimos del presente, como es lógico, por lo tanto, la primera pregunta a hacernos es… ¿mis actuales compañeros de viaje son los más indicados para esto? (léase compañeros de viajo por colaboradores, empleados, socios, partners, etc…) Quizás mi visión del éxito sea llegar a formar un gran hospital, en el que será necesario contar con el concurso de un equipo profesional comprometido para hacer turnos durante algunas noches y fines de semana, entonces podría ser que para una parte de mi equipo actual esto sea inaceptable, con lo que habría que considerar la construcción de uno nuevo. Para ello hay que definir muy bien el perfil personal y profesional de estos futuros colaboradores, describiendo formalmente y con detalle el puesto de trabajo, no solo en referencia a cuáles serán sus tareas y obligaciones, sino también sobre cómo queremos que sea esta persona en concreto. Por ejemplo, para un determinado puesto de trabajo que interactuará preferentemente con los clientes, se preferirá un perfil más comercial y con excelentes dotes sociales, mientras que para otro que esté destinado principalmente al cuidado de pacientes hospitalizados, se primará su capacidad de organización y ciertas dotes técnicas que garanticen que podrá realizar ciertas técnicas de cuidados intensivos, hospitalización y quirófano. No olvidemos en este apartado algo muy importante, sobre nosotros mismos… ¿tengo el perfil indicado para lo que quiero lograr?… esto requiere un análisis introspectivo, e incluso crítico por nuestra parte y por la de de los que mejor nos conocen. Si se hace bien esto, tendremos garantizado un importante porcentaje del éxito final, ya que actuaremos en consecuencia, cambiando lo que sea necesario, con la mentalidad necesaria para ello y sabiendo lo que hay que hacer para ello.

¿SE COMO, Y POR DONDE, TENGO QUE CAMINAR PARA LLEGAR AL ÉXITO?

Se trata de tener definida una hoja de ruta que defina la estrategia a seguir, las metas intermedias a alcanzar, de tal modo que sepamos si el éxito final está más lejos o más cerca. Para esto es fundamental disponer de una planificación estratégica que contenga un plan de negocio, en donde quede claramente descritos los recursos necesarios, la selección de indicadores que servirán para conocer si vamos logrando dichos objetivos, y el plan operativo que nos detalle en cada momento lo que hay que hacer. Un error muy frecuente, y que aleja al éxito, es no disponer de este plan estratégico y permitir que la improvisación vaya marcando nuestros tiempos. Lamentablemente hay muy pocos centros veterinarios que no disponen de esta planificación estratégica cuando en realidad se trata de un factor fundamental, no solo para alcanzar el éxito, sino simplemente para garantizar la supervivencia de la empresa.

¿SE INTERPRETAR EL MAPA DEL CAMINO HACIA EL ÉXITO?

Dicho de otro modo, tener un plan estratégico está muy bien, pero si luego no se sigue no sirve de nada. Y este es un error bastante extendido. Se invierte bastante dinero en encargar una planificación estratégica, porque es un trabajo muy importante, pero si luego se mete este documento dentro de un cajón para el olvido, lo que equivale a garantizar el fracaso del proyecto.

Para evitar esto, o bien uno de los socios o propietarios se libera de tareas clínicas para dedicarse a tareas de gerencia, o bien se contrata un gerente externo que se responsabilice de que lo descrito en el plan de negocio se va ejecutando, al tiempo que se controlan los indicadores e introduce las propuestas de rectificación de manera temprana, siempre en colaboración con los propietarios del centro.

La existencia de esta figura, el gerente, ayuda a mantener el foco en los objetivos, pues con la rutina del día a día resulta muy sencillo despistarse y desviarse del camino, y cuando nos queremos dar cuenta nos hemos salido demasiado, y cuesta mucho volver a la senda. Esta persona también estará alerta a lo que ocurra en el entorno, y que de una u otra manera pueden representar amenazas u oportunidades que no aparecieron en el DAFO inicial. Esto permite anticiparse a hechos futuros que afectarían positiva o negativamente al proyecto, ganando así una ventaja competitiva, y añadiendo una garantía adicional para el éxito final.

LA ÚLTIMA CLAVE DEL ÉXITO… SABER MANTENERSE EN EL ÉXITO

El éxito que no perdura no es éxito.

Esta frase anterior puede parecer obvia, pero es necesario remarcarla, pues quizá sea lo que más cuesta, pues el trabajo realizado anteriormente puede haber sido tan duro que una vez alcanzadas las metas deseadas puede resultar relativamente sencillo relajarse. En este punto es muy importante mantener en mente lo que realmente se desea, pues podría ser que quizás se quisiera lograr una recompensa, y no solo económica, sino también de mejora de la calidad de vida personal, y en ocasiones esto no se logra tan fácilmente.

Esta persistencia del éxito requiere una nueva planificación estratégica con su consiguiente plan de negocio, el antiguo ya no nos servirá. Además, será bastante probable que sobrevengan nuevas circunstancias contextuales que obliguen a modificar ciertos elementos del modelo de negocio, para seguir manteniendo el éxito en el tiempo. Por supuesto, la figura del gerente, propio o externo, seguirá siendo más que necesaria.

Tarde o temprano, todos los modelos de negocio muestran síntomas de agotamiento, lo que nos da una idea del dinamismo al que se ven sometidas las empresas. Otro motivo más para monitorizar continuamente la actividad empresarial, lo que permite introducir las modificaciones e innovaciones necesarias para mantenerse en la cresta de la ola. En cierto modo, aún siendo empresas pequeñas, los centros veterinarios no están exentos de tener que realizar tareas de investigación, desarrollo e innovación.

Para terminar, no quiero cerrar este ciclo de artículos sin recordar la importancia de los recursos humanos, no solo para alcanzar el éxito, sino también para mantenerlo. Es muy importante no descuidar este aspecto clave, manteniendo en todo momento la motivación del equipo, y no solo con incentivos económicos.